Aunque no lo creas, existen sapitos -tal vez un poco despechados- que no quieren ser besados por princesas.
Un personaje de un cuento que el Gato de Colores me está dictando, después de cenar.
¿Nunca se despertaron con uno de esos días?
Por las dudas el Gato de Colores se trepa bien alto del arbolito del jardín, para mantenerse a prudente distancia.
Lo que pasa es que el mal humor es contagioso y, después de todo ¿qué haría un gatito con un humor de perros?
El Gato de Colores acaba de darse cuenta que hace mucho que no visita su blog.
Así que me pidió con maullidos insistentes que colgara este dibujo de un can amigo suyo, quien acaba de contarse las pulgas para descubrir que tiene poquísimas.
Parte de un dibujito que esperamos publicar en forma de libro, pronto.